lunes, 9 de junio de 2014

EL ARTE COLONIAL


ARTE COLONIAL EN EL ECUADOR
Los particulares estilos de pintura, escultura y arquitectura que sobresalen en las calles y llenan muchas iglesias y monasterios del histórico Quito nacieron de la Escuela Quiteña Tenemos, en primer lugar, la gran pintura. Todos eso mártires lacerados y gangrenosos (pintados) bajo la torva vigilancia de los mastines del Santo Oficio (Raúl Andrade), sobre los cuales uno se pregunta dónde reside finalmente su valor artístico. Los críticos siglo-ventinos del Ecuador elevan a la categoría de baremo estético la habilidad imitativa, y más que en términos de creación plantean el problema artístico en términos de reproducción (no de la realidad, sino de otras obras de arte). Si algo refleja el arte colonial del medio en que se produjo, no es otra cosa que una total alineación: técnica, cromática, de temas; todo nos remite a una situación existencial poblada de manos indias y mestizas produciendo dioses blancos con todos los detalles blancos exigidos por el blanco colonizador.

El artista Colonial


  • El artista colonial era quien pintaba y hacia también las artes plásticas, por esa razón, fueron dejadas estos oficios al afán de los blancos pobres, de los mestizos, de los indios.

Si escribir era, en tiempos virreinales, un medio de ascender al nivel superior, esculpir o pintar apenas fueron maneras de escapar a la peor condición. Para decir la verdad, ni siquiera puede afirmarse que haya existido un estatuto de artista en la sociedad colonial. Fueron las artes coloniales consideradas como oficios artesanales; como tales constaron, junto a otros oficios, en el programa del colegio popular San Andrés, al comenzar la colonia, y como tales las hallamos, al finalizar la misma, en el programa de enseñanza del taller de los maestros indígenas Sangurima. Por eso no es raro encontrar cuadros sin firma alguna; tan poca importancia se acordaba a la persona del pintor o escultor.

  • El Artista Colonia tenía que limitarse a ejecutar servilmente los pedidos y, como la poesía, la inspiración estaba aquí por demás. En los contratos se estipulaba hasta el último detalle: tamaño, disposición de elementos, colorido, matiz. Las posibilidades del arte de entonces estaban, pues, rigurosamente codificadas, y la libertad del artista era limitada (la libertad era un concepto desconocido en aquel momento cultural).

Las iglesias y conventos:

  • Las iglesias y conventos de Quito brindan un prisma envidiable para los turistas al observar el trabajo majestuoso del artista colonial, así como se puede apreciar algunas de las más relevantes piezas de arte religioso y artesanía.
  • La Escuela Quiteña, que floreció en el siglo XVII, está viva y se preserva en los pasillos, claustros, refectorios y patios de los grandes templos religiosos de la ciudad.

Artesanos:

  • Desde tiempo inmemorial, las artesanías creadas por manos diestras y hábiles, transmitidas de generación en generación, han sido un componente esencial de lo que se conoce como "cultura popular". En Ecuador, esta manifestación cultural refleja las tradiciones del país: enigmático, a ratos puro y mixto, urbano y rural, único y comercial.

Primer Patrimonio Cultural de la Humanidad (Centro Histórico):

  • Es el más grande de América. Alberga iglesias, capillas, monasterios y conventos coloniales, plazas, museos y encantadores patios internos, edificaciones republicanas e interesante arquitectura de inicios del siglo XX, además de obras contemporáneas notables que hacen de este un lugar de enorme valor histórico, arquitectónico y estético. Refleja absolutamente todo el trabajo que realizaron nuestros artistas bajo una opresión de la colonia, creando así una serie de obras realmente majestuosas, dando así a Quito el título de Patrimonio Cultural de la Humanidad.

 


fuentes de consulta:
http://es.wikipedia.org/wiki/Arte_colonial


http://www.monografias.com/trabajos10/arco/arco.shtml

http://www.profesorenlinea.cl/artes/Arte_Colonial.htm

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